EL CONSUMO CONSCIENTE 1er año e7
Alimentos
reciclables
Reciclaje de
alimentos. El desperdicio de comida es un crimen ecológico. Lamentablemente
vivimos en un mundo muy mal organizado por nosotros mismos, y esto nos
está llevando al colapso.
La crisis
que está sufriendo el primer mundo es el resultado de la forma de vida
insostenible que se pretendía llevar. Ahora no se trata de cómo ganar más para
poder seguir gastando, se trata de salir del consumismo, y gastar solamente lo
necesario.
Que la
tercera parte de la comida se tire a la basura en países como España, es un
crimen. No sólo es un insulto a los millones de personas que se mueren de
hambre, sino que también es un ataque directo a la ecología planetaria. Porque
esas toneladas de alimentos que no se consumen, han implicado un gasto de
agua, combustible y contribuido a contaminar el suelo con productos químicos
entre otras cosas.
Por eso es
tan importante que aprendamos a comprar sólo las cantidades que vamos a
consumir y a reciclar las sobras. La comida que queda de un día para el otro ,
de ningún modo se pone mala contando con una nevera. Puede ser que no quieras
repetir, pero puedes usar tu imaginación para preparar nuevos platos.
El arroz de
ayer, puede usarse en tortillas de arroz, buñuelos, croquetas o mezclarlo
con verduras salteadas. También puede agregarse al caldo de verduras. Cuando
preparas una fuente de ensalada, no le agregues condimentos a toda la
preparación, es mejor que cada uno aliñe su porción, de esta manera no se
estropearán los vegetales y se los podrá guardar en la nevera en un taper para
su buena conservación.
Cuando
compres cantidades de pescado o carne que no puedas terminar de una vez, separa
porciones y congélalas. Lo mismo con verduras como las acelgas o espinacas, si
no las vas a usar, puedes hervirlas y guardarlas congeladas. Con el pan
duro harás un pan rallado de mejor calidad que cualquiera que encuentres en el
mercado usando un simple rallador.
Si aprendes
a no desperdiciar comida notarás un buen ahorro cada mes. Claro que con tus
sobras no puedes alimentar a ningún niño, pero con lo que ahorras sí. Puedes
juntar ese dinero y donarlo a alguna institución.
Si en tu
barrio existe una huerta comunitaria, no dudes en juntar los restos orgánicos
(no carnes) para la fabricación de compost, o puedes fabricarlo tú mismo. Si
hay contenedor para basura orgánica en tu calle
úsalo adecuadamente.
Si tienes la
posibilidad de tener un par de gallinas, entonces no
tendrás ningún problema, porque ellas todo lo transforman en huevos frescos.
Puedes darles directamente todos los restos, les encantan, y a la vez se
encargarán de dejarte una tierra sumamente rica que te servirá como
abono.
Reciclaje
Tecnológico
Entre 2010 y
2013 los colombianos desecharon alrededor de 140 mil toneladas de residuos
electrónicos de objetos como computadores, impresoras, baterías, pilas,
bombillas, celulares, entre otros.
“Cuando
dejamos de utilizar los bienes que adquirimos no sabemos qué hacer con ellos.
Usualmente les damos el mismo tratamiento que a los residuos de origen
doméstico sin considerar que su ciclo de vida no puede terminar en la basura y
que pueden resultar útiles en otros escenarios”, dice Óscar Suárez, gestor
ambiental de la Universidad Nacional de Colombia. Estos productos, explica,
“deben devolverse a sus fabricantes para que cada uno de los materiales que los
componen sean aprovechados al máximo”.
Los residuos tecnológicos están compuestos por materiales que pueden resultar tan valiosos como tóxicos. El oro, la plata y el paladio, por ejemplo, pueden reciclarse y reutilizarse en la elaboración de nuevos aparatos, pero materiales como el plomo, el arsénico, el mercurio, el cromo y el níquel generan graves impactos ambientales y efectos nocivos sobre la salud humana si no reciben un tratamiento de posconsumo adecuado que les permita ser reciclados de manera sostenible.
Los residuos tecnológicos están compuestos por materiales que pueden resultar tan valiosos como tóxicos. El oro, la plata y el paladio, por ejemplo, pueden reciclarse y reutilizarse en la elaboración de nuevos aparatos, pero materiales como el plomo, el arsénico, el mercurio, el cromo y el níquel generan graves impactos ambientales y efectos nocivos sobre la salud humana si no reciben un tratamiento de posconsumo adecuado que les permita ser reciclados de manera sostenible.
Con la sanción de la Ley 1672, del 19 julio de 2013,
por medio de la cual se establecen los lineamientos para la gestión integral de
residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, Colombia se convirtió en el segundo
país latinoamericano (después de México) en ponerse a tono con la normatividad
internacional en materia de reciclaje tecnológico.
“Esta ley exige la responsabilidad de los
fabricantes, quienes deben establecer un sistema de recolección y gestión
segura de los residuos de los productos tecnológicos que han puesto en el
mercado. Los consumidores, por su parte, deben entregar los aparatos que no
usen siguiendo las indicaciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible”, explica la senadora Claudia Wilches, autora de esta ley.
En el desarrollo de estas acciones, el Ministerio de
Ambiente junto con diferentes empresas fabricantes e importadoras han
implementado programas de devolución y recolección de medicamentos y fármacos
vencidos, pilas, baterías de plomo ácido, envases de plaguicidas, celulares,
computadores, impresoras, bombillas, llantas y aceites usados.
Los productos son recolectados a través de
mecanismos que, en muchas ocasiones, son impulsados por las empresas que los
fabricaron. En algunos almacenes de cadena, farmacias e instituciones
educativas han sido instalados contenedores en los que pueden ser depositados
los aparatos eléctricos y electrónicos en desuso. Asimismo, se han desarrollado
campañas y jornadas de recolección en conjuntos residenciales, colegios,
instituciones públicas, empresas y universidades.
Los consumidores que deseen realizar este tipo de
campañas deben consultar qué empresas han sido avaladas para realizar la
gestión de residuos tecnológicos en la página web del Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sostenible para, posteriormente, pedir su asesoría.
“Una vez regresan a las empresas donde fueron creados,
los aparatos son evaluados. En muchas ocasiones se reparan y reutilizan en
programas como Computadores para Educar, impulsado por la Presidencia de la
República”, cuenta Sánchez. Si no son reparados, los productos son
“desguazados”, esto significa que cada uno de los materiales es separado y
reciclado de manera diferencial”, señala.
Según Óscar Suárez, el éxito de programas posconsumo
está en el trabajo conjunto de los productores, consumidores,
comercializadores, gestores y autoridades ambientales y municipales. “Las
empresas han asumido la responsabilidad de la gestión de productos posconsumo,
ahora los consumidores debemos asumir conciencia de los daños o beneficios que
nuestras acciones cotidianas pueden ofrecer al medio ambiente”, argumenta.
ALTERNATIVAS ECOLÓGICAS
Impresora ecológica
Toshiba lanzó la primera impresora multifuncional
que permite borrar y reutilizar el papel impreso hasta cinco veces. La máquina
está diseñada para empresas donde el volumen de impresiones es mayor. El
secreto está en la tinta especial que usa y que se puede borrar aplicando el
calor suficiente.
Minicentrales eléctricas
En MIT fue creado un filtro solar transparente que
no interfiere a la luz que entra por las ventanas y que recoge la energía
solar. El invento podría cambiar por completo el mundo de la energía, pues
todas las ventanas de los hogares podrían transformarse en “minicentrales
eléctricas”.
Enredadera solar
Una empresa estadounidense ha desarrollado un
sistema de receptores fotovoltaicos con la apariencia de una planta trepadora.
El objetivo de esta iniciativa es el de integrar las energías renovables
reduciendo su impacto visual.
Aceite vegetal
La búsqueda de fuentes de energía que sustituyan al
petróleo ha llevado a considerar otras opciones más limpias y de sencilla
producción. Una de ellas es el aceite vegetal, que puede ser empleado como
alternativa al carburante diésel en maquinaria agrícola. Éste tiene un proceso
productivo de bajo costo y que, al no requerir procesos químicos o térmicos,
utiliza poca energía.
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